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Parada término de Torre del Mar (Málaga). El tranvía (de CAF) durante su breve etapa operativa. Foto: Enrique Andrés. Fuente: https://www.spanishrailway.com/tranvia-de-velez-malaga/ |
Da la sensación de que el objetivo a la hora de acometer infraestructuras de transporte
ferroviario en España sea con frecuencia no tanto resolver un déficit de accesibilidad de
la mejor manera que análisis rigurosos -previos- establezcan, sino el de llevar a
cabo contra viento y marea una solución predeterminada antes de -o a pesar
de- cualquier estimación de sus efectos socioeconómicos o, simplemente, de
su mera viabilidad financiera.
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Torre del Mar (Málaga). Foto: Enrique Andrés. Fuente: https://www.spanishrailway.com/tranvia-de-velez-malaga/ |
Es decir, se trata
-porque ello acomoda al interés partidista- de encajar con calzador soluciones
ferroviarias con independencia de que sea o no la solución de movilidad idónea,
en un contexto de optimismo planificador -especialmente en lo relativo a tráfico
y plazos- y que, por descontado, no repara en costes, entre ellos, los de
oportunidad. Tal es el caso de la extensión de la alta velocidad a ciertos destinos o, yendo al ámbito urbano, de algunos de los tranvías
recientemente instalados en España. El de Vélez-Málaga a Torre del Mar, en el oriente costero malagueño,
es uno (no el único, por cierto) de los que ofrece un panorama especialmente lamentable.
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Sydney (Australia). El desocupado tranvía de Vélez-Málaga durante su breve alquiler (2014) a la red de la ciudad australiana. Foto: Henk Graalman. Fuente: Flickr |
Tras dos decadas de
azaroso discurrir de un proyecto reputado como impulsor pionero de la
reintroducción del tranvía en Andalucía, y en el que se invirtieron más de cuarenta millones de euros; tras su operación ruinosa durante un
lustro escaso; tras una docena de años de suspensión -incluyendo un pintoresco breve alquiler de los tranvías a Sydney, nada menos- y varios intentos fallidos de
rehabilitación, ahora, cuando las esperadas ayudas no llegan y el desequilibrio
entre costes y recursos disponibles para su rehabilitacion y operación se hace
dramáticamente explícito, resulta que serán -parece- los ciudadanos los que decidan sobre el futuro de
este fracasado tranvía.
Referendum tranviario a la
vista en Vélez-Málaga: la decisión, al pueblo llano; los responsables del fiasco, mientras, de perfil. Democracia directa en inminente ejercicio, pues, -quizás con carácter pionero en España- para
dictaminar sobre la procedencia de actuaciones significativas en materia
ferroviaria. Más o menos lo que vienen haciendo los suizos desde hace mucho a la hora de decidir sobre
sus grandes infraestructuras ferroviarias. Vamos progresando, diría alguien.
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